Con un costo de 2.000 euros por hora de vuelo, sólo las estaciones de esquí más prestigiosas tienen un helicóptero disponible. Sin embargo, y suponiendo que el clima es favorable, sigue siendo la herramienta de búsqueda y rescate más efectiva en la montaña.
Pero una solución de bajo costo podría revolucionar la búsqueda y rescate: el Drone. Ya en prueba con los servicios de rescate en el centro de esquí Isere (Francia), debería verse un despliegue más generalizado en las estaciones de esquí a partir del próximo invierno.
La compañía Delta Drone con sede en Grenoble (Francia) ve la búsqueda y rescate de montaña como un mercado en crecimiento y ha adaptado su Delta-Y para este entorno. El drone tiene una cámara que está conectada al operador a través de un enlace inalámbrico. Hay una opción de infrarrojos para volar entre nubes, niebla y para vuelo nocturno. Las imágenes son analizadas por un ordenador en tiempo real en base a las formas, los colores y los cambios en la densidad. El Drone también puede llevar el equipo para detectar transceptores de avalancha (N. del T.: equipos transmisores de radio que permiten localizar a las personas atrapadas bajo la nieve que los portan), pero con una antena más potente y con mejor ubicación para trabajar en un área más amplia que los rescatistas en tierra.
Para volar en el aire delgado de montaña la compañía ha desarrollado palas de rotor más largas. El avión puede volar a 3.500 metros de altitud, operar en temperaturas de -30 ° C a +45 ° C y con velocidad del viento de hasta 125 km / h. El costo varía de entre 2.500 a 5.000 euros dependiendo de la configuración.
La empresa sueña con instalar un avión no tripulado cerca de la cima del Mont Blanc, que podría hacer las patrullas regulares por la cresta de la cumbre o ir en ayuda de los escaladores afectados, sólo volviendo a la base para recargar sus baterías. Una especie de robot San Bernardo. El drone tiene un altavoz y puede “hablar” varios idiomas incluyendo francés, inglés y ruso.
En las estaciones de esquí los aviones no tripulados podrían ser no solo utilizados para las operaciones de búsqueda y rescate, sino también para patrullar las pistas después de haber sido cerradas para asegurarse de que no quedan esquiadores en la montaña. Los Drones también pueden volar en formación, abarcando una amplia área en pocos minutos, comunicándose los drones directamente entre sí. Operaciones más mundanas como la inspección de las infraestructuras de elevación también son posibles. Alpe d’Huez tiene la intención de utilizar un avión no tripulado para controlar el número de esquiadores en las pistas, dirigir la preparación de estas últimas y dar información a los esquiadores.